Ayer por la tarde, con la derrota ante los argentinos por 4 a 1 aún retumbando en nuestras mentes, asistíamos a un partido que ya ganamos hace un año y que nos daba el título europeo de baloncesto. Pero las cosas han cambiado. Y vaya si lo han hecho. Aún permanece en nuestra memoria aquel mundial de baloncesto que se disputó en Japón, allà por el 2006 donde la Selección Española explotó como un equipo más que una Selección. Aquel equipo contaba con el mejor pívot español de la historia, uno de los mejores bases y dos lanzadores tan temibles como terribles desde la línea de 3. Ganamos el oro con un soberbio repaso a la Grecia de Spanoulis, Diamantidis, Papalukas y Baby Shaq. Pero todo cambió poco después.
El siguiente gran torneo que disputó aquel equipo fue el Campeonato de Europa de Madrid y en él comprobamos que nuestros campeones habían cambiado. Avisó el gran Andrés Montes, aquella selección no defendía del mismo modo que en la cita mundialista. Aquel torneo caímos ante Croacia en un partido que no pasará a la historia, pero peor fue la derrota en la final. El problema vino cuando las selecciones europeas, a sabiendas de nuestros problemas defensivos jugaron inteligentes, los partidos los perdían cuando España anotaba 85 puntos o más, pues hicieron un baloncesto pobre, a pocos puntos. Con estos partidos Gasol no anotaba compulsivamente, Calderón no asistía ante las presiones asfixiantes de los bases y escoltas defensores, Rudy no reboteaba con facilidad y no llegaba con claridad a la línia de 6,25 y Navarro no podía penetrar ante tales muros defensivos creados por estrategas natos sentados en los banquillos europeos. Algo estaba cambiando. Desde que el balón de Gasol se salió del aro en el último lanzamiento del europeo de Madrid tansolo recuerdo dos partidos realmente buenos de nuestro equipo, dos partidos que me hicieron recordar aquél ya lejano verano de 2006 en el que me tumbaba en el sofá y disfrutaba del rodillo de los "Juniors de oro", la final de los JJOO de Pequín ante EEUU, pese a la derrota y ante Francia en el último Europeo disputado ahora hace un año. Estos dos partidos me ha recordado aquella máquina insaciable.
Pero hace ya tiempo que se perdió aquella esencia. Por el camino se han quedado Carlos Jiménez, Carlos Cabezas, Berni Hernández o Sergio Rodríguez. Faltan cuatro, pero que cuatro. Al grupo ya no se le ve tan unido ya no son aquellos chicos, aquellos yernos perfectos que ante una derrota se encerraban en una habitación, se regalaban una partida de pocha y salían a apalizar al siguiente rival sin pensar en lo ocurrido en el último partido. Aquél ambiente ya no existe. Ahora vemos caras largas.
Podemos sacar diferentes conclusiones de la derrota. Durante la preparación nos creímos tan buenos que solo perdimos por un punto ante la Selección B de EEUU y ese error fue fatal. Sacamos la conclusió incorrecta, pues nuestras rotaciones fueron incapaces de vencer a los suplentes de Kobe LeBron, Bosh o Dwayne Wade. Nuestros suplentes están a años luz de sus suplentes (Westbrook, Rose, Gordon, Odom, Chandler...) y algo me hace pensar que una Selección C aún nos derrotaría. Antes paliábamos el déficit de fondo de banquillo apelando a la suma de las partes para mejorarse conuntamente. Ahora esa suma se ha desvanecido.Antes dijimos unos nombres pero para este mundial debemos añadir que tampoco estaban Pau ni José, posiblemente dos de los diez mejores jugadores de nuestra historia. Estamos perdiendo potencial. Cierto que ha aparecido Ricky Rubio, pero Claver y San Emeterio no serán Jiménez ni Benna en cuanto a suma de jugadores se refiere, podrán ser mejores jugadores de baloncesto, pero nunca mejores compañeros ni mejores capitanes. ¡Ah! Y Fran Vázquez no es Pau Gasol ni Raül López, José Calderón.
Finalmente expresar mi verdadera preocupación-conclusión de este Mundobasket. Scola y su Argentina están de vuelta, Huertas, Nenê y Splitter volverán a Brasil a primea línea de fuego y lo más preocupante después de ver a Teodosic, Bjelica, Savanovic, Krstic, Velikovic y compañía... el gigante a despertado, Yugoslavia a vuelto con el sobrenombre de Serbia y esto es una muy, pero que muy mala noticia para nuestros intereses.
NC Erie
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